lunes, octubre 5

Rincón del Pastor

El Espejo del Espíritu VIII

Rom. 8: 35-39

Tema: La Victoria Frente a toda Circunstancia

Cuando el creyente se enfrenta a las exigencias de este mundo, muchas veces contrarias a su fe, corre el riesgo que distintos poderes quieran imponerse por la fuerza. De este conflicto es que surgen tribulaciones, angustias, persecuciones, necesidades y aflicciones. Estos poderes son todos limitados, sin embargo el Poder de Dios es ilimitado. El Poder de Dios va por encima de cualquier circunstancia y hasta de las mismas tinieblas. Aún así, el Apóstol Pablo nos advierte que por el hecho de ser creyentes no estamos exentos que diversas circunstancias adversas se nos presenten en el camino. Estas situaciones producen sufrimiento, sin embargo, el sufrir por Cristo significa en muchas ocasiones entrar en una comunión mas estrecha con El (Mt.5:10-12). Es ganancia, no perdida.

Un vencedor es una persona que derrota al enemigo. Es aquel que en medio de las circunstancias desagradables de su vida se levanta como un vencedor, porque sabe que está en Cristo y la Palabra dice que si estamos en Cristo “somos más que vencedores”. La victoria estriba en que el enemigo ya fue derrotado en la cruz del calvario (Col.2:13-15). Por eso estamos seguros que ni en vida física, ni en la muerte, ni en el mundo espiritual, ni en el presente, ni en el futuro, ni en lo alto, ni en lo profundo, nos podrá separar del amor de Dios.

Cuando nos miramos en el espejo del espíritu sabemos que aún en medio de las dificultades podemos alcanzar la victoria, a la vez, que tenemos la certeza que nada nos podrá separar del amor de Dios.




El Espejo del Espíritu VI

Rom. 8: 28-30

Tema: El Cuidado de Dios

El versículo 28 es un pasaje tan rico en contenido y abarca tanto en sus promesas que se hace difícil explicarlo de una forma que le haga justicia.

I. “Todas las cosas les ayudan a bien” – Esto incluye la adversidad y la prosperidad. Incluye la tristeza y la felicidad. Incluye el sufrimiento y también el gozo. Inclusive las artimañas del enemigo son contrarrestadas por Dios, quien las usa para bien. Todo lo que nos ocurre está en las manos soberanas de Dios. Dios siempre tiene el control (Is.41:10). El siempre tiene cuidado de nosotros porque somos sus hijos. ¡Aleluya!

II. “Y sabemos que a los que aman a Dios” – Solamente en el caso de los que aman a Dios es cierto que todas las cosas ayudan a bien. El amor a Dios lo manifestamos en conducta, en acciones, en palabras y en nuestro estilo de vida. Le mostramos a Dios que le amamos en nuestro: compromiso, oración, entrega, servicio, compañerismo, finanzas, pasión. Las cosas van a redundar en nuestro beneficio cuando le amamos.

III. “A los que conforme a su propósito son llamados” – Nadie puede realmente amar a Dios sino es primeramente llamado. Por eso el Apóstol Juan escribió: “nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero”(1Jn.4:19). Por tanto los que han sido llamados según el propósito de Dios son: (1) Los que fueron llamados eficazmente; (2) Los que su corazón y mentes están siendo influenciados por el Espíritu Santo; (3) Los que se han dado cuenta de sus pecados; (4) Los que comprendieron su necesidad de Cristo; (5) Los que han abrazado al Señor como su Salvador y Señor. No se puede amar a Dios sino hemos sido llamados eficazmente.

Finalmente, la providencia y el cuidado de Dios están ligados al amor de Dios y a nuestro llamado. Si estamos bien encarrilados sabemos que las cosas obrarán para bien. Y esto es promesa de Dios.



“El Espejo del Espíritu V”

Rom. 8:26-27

Tema: La Oración


En la vida hay cosas en las que necesitamos ayuda. Cuando hablamos de la oración también necesitamos ayuda. El Espíritu Santo nos enseña como orar sembrando en nosotros el deseo de Dios, que cuando oramos es devuelto al Padre por medio de Jesucristo. Veamos las siguientes preguntas:

I. ¿Porqué es tan difícil orar? La oración es una conversación con una persona que no ves. Es natural hablar con personas que vemos o al menos escucharlas. A Dios no le vemos ni escuchamos una voz audible y esto hace pensar a las personas en un Dios distante y en silencio. Esto se convierte en un obstáculo en la oración.

II. ¿Cómo tarbaja la oración? El Padre inicia la oración, en otras palabras, la oración es idea de Dios. Luego el Espíritu Santo intercede por nosotros que significa que se encuentra con nosotros para conversar. Aquí se transmite el deseo de Dios a nuestro corazón. Y es Jesucristo quien primero escucha nuestra oración y la lleva al trono del Padre.

III. ¿Cómo de orar? Jesucristo nos enseñó a orar con palabras que realmente expresan lo que está en nuestro corazón. Ahora bien ,el Espíritu Santo nos ayuda a orar (Ef.6:18). El Espíritu Santo nos ayuda a Adorar a Dios por quien El es. Nos ayuda a dar Gracias a Dios por las cosas que nos da. Nos convence de pecado y nos redarguye. Y nos ayuda a traer nuestras peticiones.

IV. ¿Qué es lo grandioso de la oración? Dios se inventó la oración porque el quiere una relación íntima con nosotros. Invertir tiempo con Dios en oración es la expresión mas grande posible de que le amamos. La oración también es para nuestro crecimiento espiritual a la vez que provocamos las riquezas de Dios. Finalmente, cuando oramos Dios trabaja. Aunque Dios es Todopoderoso el trabaja mediante nuestras oraciones.

Dios quiere que seamos hombres y mujeres de oración.

Por: Domingo Pérez Badillo, Pastor


El Espejo del Espíritu IV

Rom. 8: 18-25

Tema: Esperanza

La palabra esperanza en el Nuevo Testamento significa un propósito de Dios que aún no se ha realizado, pero que ha sido asegurado por medio de sus promesas. Hoy más que nunca la Iglesia de Jesucristo tiene que levantarse con una palabra de esperanza. La esperanza trasforma la crisis. El pueblo está en crisis, pero necesitan escuchar que no todo está perdido sino más bien que hay esperanza.

El texto nos indica un reconocimiento de parte del Apóstol Pablo que los sufrimientos del tiempo presente son inevitables. Sin embargo, el dice que los padecimientos de ahora no son dignos de ser comparados con la Gloria que ha de ser revelada. Y no es tan solo que las bendiciones de la Gloria superan los sufrimientos, sino que no siquiera están en la misma categoría.

Hoy se atraviesa una crisis en el país y lo que la gente necesita es una palabra de esperanza. La solución no está en las marchas, tampoco en los paros y mucho menos por medio de los políticos. La solución a la crisis está en la Palabra de Dios. La gente necesita escuchar la Palabra de Dios (Sal.121:1-2; Sal.23:4; Is.41:13; Jos.1:9; Sal.62:5-6; Fil.4:13; Sal.37:25; Is.41:10; Hab.3:17-18).

Es necesario echar fuera el pesimismo, la crítica, el espíritu de derrota y sustituirlo por, esperanza, optimismo y un espíritu de victoria. No todo se acaba, no todo termina, hay mucho por lo cual seguir luchando, el sol volverá a salir y eso me dice que estoy vivo y que puedo seguir hacia adelante porque hay esperanza.

Cuando nos paramos frente al espejo del espíritu. ¿Qué vemos? Crisis o esperanza.

Por: Pastor Domingo Pérez Badillo


“El Espejo del Espíritu” III

(ROM. 8:14-17)

Tema: El Espíritu de Adopción


El Espíritu de Adopción nos muestra la manera en que nos convertimos en Hijos de Dios. Y Como Hijos de Dios con derecho a la herencia del Padre, y esto hace por consiguiente al creyente coheredero con Cristo.

I. El fundamento de la herencia: es saber la diferencia entre ser una criatura de Dios y ser un Hijo de Dios. Una criatura de Dios son todas las personas que Dios ha creado. Un Hijo de Dios es toda persona que cree en Cristo como su Salvador, ha nacido de nuevo y es guiado por el Espíritu Santo. Según el texto sólo los hijos son herederos.

II. El derecho a la herencia: este es el Espíritu de Adopción. Adopción significa colocar como hijos. La adopción como hijos liberta al creyente de la mentalidad y condición de la esclavitud del pecado ya que Dios envió a su Hijo para redimirnos y ser adoptados a su casa. Nos colocó en la misma mesa. ¡Aleluya!

III. Los beneficios de la herencia: nuestra herencia es grande porque viene de Dios. Y por ser divina, dice la Palabra de Dios que somos herederos de todas las cosas. Dice la Biblia: “Dios nos habló en su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas” (Heb.1:2). En Apocalipsis 21:7 dice: “El que venciere poseerá todas las cosas”.

IV. La participación de la herencia: si Cristo es el heredero, los creyentes sólo llegan a ser herederos a través de su relación con El. Por lo tanto, nosotros no somos herederos excepto si lo somos con Cristo. Fuera de El no hay herencia. Esto nos da seguridad pues sabemos que Jesús no perderá su herencia.

Cuando nos miramos en el Espejo del Espíritu podemos ver a un Padre que nos quiere adoptar como hijos con los mismos derechos y beneficios que su heredero principal, Jesús.

Por: Pastor Domingo Pérez Badillo





“El Espejo del Espíritu” II

(Rom. 8:1-11)

Tema: La Libertad que Produce el Espíritu


Romanos capítulo ocho nos enseña al hombre espiritual. El creyente que va en busca de una madurez. Es el cristiano que ha experimentado en su vida la salvación de su alma, pero que tiene hambre y sed de Dios. Es aquel que quiere tomar alimento sólido y dejar atrás la “leche espiritual”. Esta primera parte del capítulo nos muestra como las cosas del Espíritu traen libertad a nuestra vida. A continuación 4 áreas específicas relacionado a la libertad que produce el Espíritu.

Andar en el Espíritu: El primer requisito para recibir la libertad que produce el Espíritu es declarar la carne (nuestra naturaleza caída) como un enemigo permanente. Ninguna obra de la carne puede agradarle a Dios. Celos, orgullo, envidia, hipocresía, rencor, rivalidad, ira, adulterio, fornicación, idolatría, lascivia, entre otros son frutos de la carne que nos cautivan. Nosotros no somos de la carne, porque nos hallamos en Cristo Jesús. Por lo tanto, es necesario andar conforme a los principios de nuestra nueva naturaleza, en otras palabras, manifestar en la práctica los que somos posicionalmente (Gal. 5:25)

Pensar en el Espíritu: La mente juega un papel importante en la libertad que produce el Espíritu. Muchas veces con los pensamientos se acompañan deseos e intensiones. Quienes piensan en las cosas de la carne, irán tras las cosas carnales. Sin embargo, quienes piensan en las cosas de Espíritu, buscarán lo que a Dios le agrada (Fil.4:8).

Ocuparse del Espíritu: Si las cosas de Dios y los asuntos del Reino van a traer vida y paz, tu prioridad debería ser ocuparte de estas cosas (Mt.6:33). Ocuparse del Espíritu trabaja en todos los tiempos. En el pasado, tenemos la certeza que todos nuestros pecados han sido borrados (2Cor.5:17). En el presente, sabemos que no importa cuan difícil sea el momento por el cual estoy atravesando, todo obrará para bien (Sal.23:4). Y en el futuro, tenemos la garantía que nada que pueda ocurrirme me podrá separar del amor de Dios.

Vivir en el Espíritu: Finalmente, vivir en el Espíritu nos trae libertad. El Apóstol Pablo enfatiza en los versículos 8 y 9 que es imposible estar en ambos lados al mismo tiempo. Cuando vivimos en el Espíritu se revela el Fruto del Espíritu (Gal.5:22-23) en nuestra vida, a la vez, que ya no estamos bajo en control de nuestra naturaleza pecaminosa, sino bajo en control del Espíritu. Esto quiere decir que aunque la carne trate de impedir que yo

actué según el Espíritu, no podrá evitarlo. Mirarnos en el Espejo del Espíritu nos hace ver si estamos andando, pensando, ocupando y viviendo en el Espíritu.

Por: Pastor Domingo Pérez Badillo




El Espejo del Espíritu” I

(Hebreos 5:11-14)

Dios nos ama tal y como somos, pero siempre ha querido elevar espiritualmente al ser humano. El quiere abrir nuestros ojos espirituales en temas relacionados a la salvación, la fe, el mundo espiritual, la oración, las finanzas, la esperanza, entre otros.

Cuando leemos las cartas del Apóstol Pablo nos damos cuenta que su intención no era solamente predicarles el evangelio a los gentiles, sino también desarrollar cristianos espirituales (1Cor.3:1-3; Gal.3:1-5; Rom.8:5-9). El trasfondo histórico del momento en que Pablo escribe estas cartas nos muestra que había problemas de envidias, celos, contiendas, orgullo y egoísmo. No sólo esto sino que los creyentes judíos querían que los creyentes gentiles que abrazaban al evangelio practicaran las mismas cosas que ellos (la Ley) y que eran contrarias al mensaje de Pablo, que enfatizaba la fe y la gracia. Por esto el mensaje de Pablo a las Iglesias era una exhortación a madurar y a ejercitar los sentidos en el discernimiento del bien y del mal (Heb.5:14).

A veces las personas vienen a Cristo y no se producen cambios significativos. Ciertamente, la persona es salva, pero el Espíritu Santo quiere llevarla con el tiempo a un nuevo nivel espiritual. Por eso cuando la persona nace espiritualmente debe comenzar con las enseñanzas básicas (leche) de la Palabra del Señor. Ahora bien, con el tiempo se espera que el creyente entre en un proceso de madurez espiritual (viandas) donde pueda elevar su vida a otro nivel espiritual.

Mirarnos en El Espejo del Espíritu nos va a ayudar a contestarnos las siguientes preguntas: ¿Qué vida estamos viviendo?¿La de la carne o la del Espíritu?¿Dónde estamos ubicados espiritualmente? Es tiempo de reflexionar y preguntarnos si realmente las cosas del Espíritu son locura o no (1Cor.2:14).

Por: Pastor Domingo Pérez Badillo


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